Estas acciones buscan alistar a las fuerzas armadas y a la población para responder a un eventual "conflicto armado" o agresión externa, en un claro mensaje de disuasión y cohesión interna.

Durante el fin de semana, se llevó a cabo un simulacro nacional de emergencias que recreó 411 escenarios distintos, abarcando desde desastres naturales hasta conflictos armados. El propio Maduro ha afirmado que Venezuela está "lista para cualquier eventualidad" y que estas medidas no son improvisadas, sino parte de estrategias diseñadas con anticipación. La movilización no se ha limitado a simulacros; también se ha ordenado el despliegue de 2.500 soldados a la isla La Orchila, una base militar de gran valor estratégico en el Caribe. Paralelamente, el gobierno ha intensificado su programa de entrenamiento militar para civiles, capacitando a voluntarios, incluidos hombres, mujeres y adultos mayores, en el manejo de armas para "defender la patria". Como parte de esta estrategia de propaganda y preparación, el ministro de Defensa, Vladimir Padrino López, condecoró a cinco mujeres milicianas como "soldadas de la patria" en un acto público en Caracas. Este evento fue visto como una respuesta directa a las burlas del presidente Donald Trump sobre la preparación de la milicia venezolana. Estos preparativos cumplen una doble función: por un lado, buscan mejorar la capacidad de respuesta militar real del país y, por otro, consolidar el apoyo popular al gobierno frente a lo que se presenta como una amenaza existencial por parte de un enemigo externo.