Una intensa serie de sismos, con magnitudes que alcanzaron hasta 6.3, sacudió la región occidental de Venezuela, generando alarma en la población y causando daños en infraestructura. Los temblores, con epicentro en el estado Zulia, también se sintieron con fuerza en varias regiones de la vecina Colombia. Entre el 24 y 25 de septiembre, se registró un enjambre sísmico con más de 30 movimientos telúricos, incluyendo 10 sismos principales y 21 réplicas, asociados a la activación de una falla tectónica. El evento de mayor magnitud, 6.3, tuvo su epicentro en Mene Grande, estado Zulia, y fue seguido por otros de 6.2 y 5.8.
Los temblores provocaron escenas de pánico en ciudades como Maracaibo y Caracas, donde los residentes evacuaron edificios durante la noche.
Las autoridades venezolanas, lideradas por la vicepresidenta Delcy Rodríguez, confirmaron que no se reportaron víctimas humanas, pero sí daños estructurales en algunas edificaciones.
El gobernador de Zulia, Luis Caldera, informó sobre afectaciones en hospitales, como el Luis Razetti, y en iglesias de Maracaibo. La intensidad de los sismos fue tal que se percibieron en varios departamentos de Colombia, incluyendo Norte de Santander, La Guajira, Cesar y Santander, donde ciudadanos de Bucaramanga reportaron el movimiento. El Servicio Geológico Colombiano confirmó los eventos y su origen en Venezuela, mientras la Dirección Marítima (Dimar) descartó cualquier amenaza de tsunami para las costas colombianas.
En resumenUn significativo enjambre sísmico, con temblores de hasta 6.3 de magnitud, afectó el occidente de Venezuela, causando daños materiales y pánico en la población. La actividad telúrica, centrada en el estado Zulia, fue lo suficientemente fuerte como para ser sentida en gran parte del nororiente de Colombia, evidenciando la vulnerabilidad sísmica de la región fronteriza.