Un informe de la Misión Internacional Independiente de Determinación de los Hechos de las Naciones Unidas ha documentado una política sistemática de represión en Venezuela, concluyendo que las graves violaciones a los derechos humanos cometidas por el Estado constituyen crímenes de lesa humanidad. El documento, que cubre el período entre julio de 2024 y agosto de 2025, detalla un plan de “aniquilamiento de personas opositoras o percibidas como tales”. El reporte señala que la represión se intensificó notablemente tras las elecciones presidenciales de julio de 2024. La Misión investigó 25 muertes ocurridas en el contexto de protestas, determinando que en al menos 12 de ellas estuvieron involucrados los cuerpos de seguridad del Estado, como la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) y el Ejército. Además, se documentaron más de 2.200 detenciones arbitrarias, muchas de ellas realizadas por individuos enmascarados y sin órdenes judiciales.
Los detenidos, que incluyen opositores, activistas, periodistas e incluso 220 niños y adolescentes, fueron sometidos a torturas sistemáticas como asfixia con bolsas plásticas, descargas eléctricas, violencia sexual y aislamiento prolongado.
El informe también registra 30 casos de desaparición forzada y cinco muertes bajo custodia estatal, atribuidas a la falta de atención médica adecuada y a condiciones de reclusión inhumanas.
La Misión concluye que existe una impunidad estructural, ya que el sistema judicial y el Ministerio Público no han investigado ni sancionado a los responsables, y en cambio, han actuado con “connivencia judicial” para fabricar expedientes penales. Ante la falta de justicia a nivel nacional, el informe afirma que “la única esperanza de que las víctimas encuentren justicia recae en la comunidad internacional”.
En resumenEl informe de la Misión de la ONU presenta un panorama devastador sobre la situación de los derechos humanos en Venezuela, acusando directamente al Estado de ejecutar un plan de persecución política que se traduce en crímenes de lesa humanidad. La investigación subraya la total falta de independencia del sistema judicial y la impunidad de los responsables, haciendo un llamado a la acción de la comunidad internacional.