Entre los objetivos concretos se encuentra la posibilidad de restablecer la interconexión eléctrica que históricamente abastecía a Puerto Carreño desde Venezuela.

El embajador colombiano, Milton Rengifo, destacó que la idea es coordinar las inversiones para evitar duplicidades, sugiriendo que “si aquí hacemos un hospital, que el país vecino haga una universidad”.

Como parte de la profundización de las relaciones, se anunció la próxima apertura de consulados de Colombia en Puerto Ayacucho y de Venezuela en Puerto Carreño e Inírida. Este acuerdo, que no genera obligaciones jurídicas sino que se basa en la voluntad política, es el segundo de su tipo, tras el firmado previamente para la región del Catatumbo. A pesar del optimismo, analistas señalan desafíos, como la presencia de economías ilícitas como la minería ilegal en la zona, lo que pone a prueba el compromiso real de ambos gobiernos para un desarrollo sostenible y legal en la frontera.