Maduro invitó a Trump a "preservar la paz con diálogo y entendimiento", sugiriendo incluso una conversación directa con el enviado especial estadounidense Richard Grenell.

En el documento, el mandatario venezolano adjuntó mapas y datos de organismos internacionales para argumentar que Venezuela no es una ruta principal del narcotráfico, afirmando que su país intercepta más del 70 % del 5 % de la droga colombiana que intenta cruzar su territorio.

La respuesta de la administración Trump fue contundente. La portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, declaró: "Francamente, creo que ha habido muchas mentiras repetidas por Maduro en esa carta y la postura de la Administración sobre Venezuela no ha cambiado". Por su parte, al ser consultado sobre la carta, Trump se limitó a decir: "Ya veremos qué pasa con Venezuela". Este intercambio epistolar fallido evidencia la profunda brecha diplomática y la desconfianza entre ambos gobiernos, cerrando, por ahora, la puerta a una solución negociada a la crisis.