Esta narrativa busca presentar al gobierno venezolano no como un adversario político, sino como una estructura criminal.

El dirigente opositor Leopoldo López apoya esta visión, afirmando que Venezuela está controlada por "una estructura militar corrupta vinculada al crimen organizado" y que el "Cartel de los Soles" es "el Estado mismo, el cartel convertido en Estado".

Sin embargo, esta versión es rebatida enérgicamente por Caracas.

En una carta a Trump, Maduro calificó las acusaciones como "fake news" para justificar una agresión.

La postura de Washington también encuentra escepticismo en la región; el presidente colombiano Gustavo Petro ha declarado públicamente que dicho cartel "no existe". Analistas como Atilio Boron sostienen que la creación de esta narrativa es una táctica de "satanización" para legitimar la agresión imperial. A pesar de las posturas encontradas, las acusaciones han tenido consecuencias concretas, como la decisión del Senado de Colombia de declarar al Cartel de los Soles como estructura criminal y terrorista.