La administración de Donald Trump ha justificado su escalada de presión militar y diplomática contra Venezuela acusando al presidente Nicolás Maduro de liderar el "Cartel de los Soles", una presunta organización narcotraficante enquistada en el Estado. Estas graves acusaciones, que incluyen una recompensa de 50 millones de dólares por la captura de Maduro, son un pilar fundamental de la estrategia de Washington. Según Estados Unidos, el despliegue naval en el Caribe es una operación para enfrentar a los carteles, entre ellos el de los Soles, que según Washington es encabezado por Maduro, a quien Trump ha calificado como el "cabecilla de un cártel terrorista".
Esta narrativa busca presentar al gobierno venezolano no como un adversario político, sino como una estructura criminal.
El dirigente opositor Leopoldo López apoya esta visión, afirmando que Venezuela está controlada por "una estructura militar corrupta vinculada al crimen organizado" y que el "Cartel de los Soles" es "el Estado mismo, el cartel convertido en Estado".
Sin embargo, esta versión es rebatida enérgicamente por Caracas.
En una carta a Trump, Maduro calificó las acusaciones como "fake news" para justificar una agresión.
La postura de Washington también encuentra escepticismo en la región; el presidente colombiano Gustavo Petro ha declarado públicamente que dicho cartel "no existe". Analistas como Atilio Boron sostienen que la creación de esta narrativa es una táctica de "satanización" para legitimar la agresión imperial. A pesar de las posturas encontradas, las acusaciones han tenido consecuencias concretas, como la decisión del Senado de Colombia de declarar al Cartel de los Soles como estructura criminal y terrorista.
En resumenLa acusación de que Nicolás Maduro lidera el 'Cartel de los Soles' es el eje central de la política de Estados Unidos hacia Venezuela, enmarcando el conflicto como una lucha contra un narco-Estado. Esta narrativa, que justifica la presión militar y una recompensa millonaria, es apoyada por la oposición venezolana pero rechazada por el gobierno de Maduro y cuestionada por algunos líderes regionales.