La existencia y operación del denominado "Cartel de los Soles" se ha convertido en un punto central de la confrontación, siendo utilizado por Estados Unidos y sus aliados como la principal justificación para criminalizar al Estado venezolano. La naturaleza de esta organización es objeto de un intenso debate político y diplomático. El Senado de la República de Colombia aprobó una proposición que declara al "Cartel de los Soles" como una organización criminal transnacional y terrorista. Esta decisión se alinea con la postura de Estados Unidos, que acusa a Nicolás Maduro de ser el líder de esta estructura y ha ofrecido una recompensa de 50 millones de dólares por su captura. Esta acusación es la piedra angular de la narrativa estadounidense para justificar su despliegue militar y sus acciones en el Caribe.
Sin embargo, esta visión no es unánime.
El presidente de Colombia, Gustavo Petro, ha declarado públicamente que dicha organización "no existe". En contraste, el líder opositor venezolano Leopoldo López ofrece una perspectiva diferente, afirmando que el cartel no es una estructura criminal tradicional, sino que "es el Estado mismo, el cartel convertido en Estado o el Estado convertido en cartel", sustentado en economías ilícitas como el narcotráfico y la extracción ilegal de oro. Para López, la economía venezolana actual "no es una economía petrolera, es una economía criminal".
En resumenLa figura del "Cartel de los Soles" es un elemento clave y altamente politizado en la crisis venezolana. Mientras para sus detractores es la prueba de un narcoestado que justifica una intervención, para sus defensores es una fabricación para deslegitimar al gobierno.