Esta movilización ha generado una fuerte preocupación en la región.

Empresarios del comercio internacional, como Sandra Inéz Guzmán de FITAC, han expresado su temor ante un posible cierre de la frontera, lo que tendría un impacto económico negativo.

“Necesitamos tranquilidad, que las fronteras permanezcan abiertas, que la economía siga activa”, declaró Guzmán, subrayando que los puentes no deben cerrarse por temas políticos. Los ciudadanos que cruzan diariamente la frontera también han manifestado su inquietud ante la posibilidad de enfrentamientos. A pesar de la tensión, se ha reportado una disminución en el flujo migratorio, posiblemente debido a la incertidumbre. Por su parte, el gobernador de Norte de Santander, William Villamizar, enmarcó las acciones de Venezuela dentro de la autonomía de cada país para vigilar su frontera, considerando que un mayor control puede ser beneficioso para combatir el contrabando y los grupos ilegales. Sin embargo, la medida es vista por muchos como una demostración de fuerza del régimen de Maduro en un momento de máxima tensión regional.