Esta decisión se alinea con la visión de la oposición venezolana.

El dirigente Leopoldo López afirmó que la organización criminal no es una entidad separada del poder, sino que “es el Estado mismo, el cartel convertido en Estado o el Estado convertido en cartel”. Según López, la economía venezolana ya no es petrolera, sino “una economía criminal” sustentada en el narcotráfico, la extracción ilegal de oro y el contrabando, estimando que el tráfico de cocaína representa cerca del 25% de los ingresos en efectivo del gobierno. Esta caracterización es fundamental para la política exterior de Washington, que acusa directamente a Nicolás Maduro de liderar esta red y ofrece una recompensa por su captura. La existencia del cartel es el principal argumento de EE.

UU. para justificar su masivo despliegue militar en el Caribe y los ataques a embarcaciones. Por su parte, el gobierno venezolano ha negado sistemáticamente estas acusaciones, calificándolas de “mentiras” y un “invento” para justificar una agresión militar y apoderarse de los recursos del país. El ministro Diosdado Cabello ha señalado que Venezuela ha incautado más de 60 toneladas de droga en 2025, presentando esto como prueba de su compromiso en la lucha antinarcóticos.