El presidente de Colombia, Gustavo Petro, ha adoptado una postura firme de no intervención en la crisis entre Venezuela y Estados Unidos, asegurando que su país no permitirá el uso de su territorio para una invasión. Esta posición marca un distanciamiento de la política de presión de Washington y busca promover el diálogo como solución. Desde Manaos, Brasil, durante la inauguración del Centro de Cooperación Policial Internacional de la Amazonía, Petro se refirió directamente a la amenaza de una posible invasión: “Colombia no prestará su territorio para ninguna invasión de un país vecino, ni ninguno de sus hombres”. El mandatario cuestionó la lógica de resolver conflictos políticos internos con acciones militares externas, comparando la situación con la crisis en Palestina.
“¿Cómo vamos a permitir una invasión a Venezuela?
Que haya un problema político allá, sí, (...) pero eso no significa que no sepamos que un conflicto político interno (...) se resuelve es hablando entre los venezolanos”, afirmó.
Petro también fue crítico con las acciones letales de Estados Unidos, calificando el primer ataque contra la lancha venezolana, que dejó once muertos, como un “asesinato”. Su llamado fue a que los países suramericanos se unan para plantear nuevamente el diálogo político en Venezuela, argumentando que una invasión extranjera atentaría contra la dignidad y soberanía de toda la región. Esta declaración define una clara política exterior de Colombia frente a la crisis, priorizando la diplomacia y la soberanía regional por encima de la alineación con las estrategias militares de Washington.
En resumenEl presidente Gustavo Petro declaró enfáticamente que Colombia no participará ni facilitará una intervención militar en Venezuela, rechazando el uso de la fuerza y abogando por una solución dialogada liderada por los países de Suramérica para resolver la crisis política venezolana.