Como parte de su respuesta a la presión estadounidense, el régimen venezolano ha reforzado su presencia militar en puntos estratégicos. Los informes indican el traslado de al menos 8.000 efectivos de la Guardia Nacional Bolivariana, cuerpos de investigación y milicias a la frontera. Diosdado Cabello había anunciado previamente el envío de más de 15.000 hombres y mujeres de refuerzo. Estas maniobras han incluido la presencia de militares sobre los puentes internacionales y el cierre temporal de los mismos para actos protocolarios.

La comunidad ha reportado un fortalecimiento del pie de fuerza, lo que ha generado temor a posibles enfrentamientos.

Los empresarios de la frontera han expresado una gran preocupación. Sandra Inéz Guzmán, presidenta de la Federación de Agentes Logísticos en Comercio Internacional (Fitac), manifestó la necesidad de que se garantice que no habrá cierre de los puentes para no afectar la recuperación económica.

"Necesitamos tranquilidad, que las fronteras permanezcan abiertas", indicó.

Por su parte, el gobernador de Norte de Santander, William Villamizar, adoptó una postura más conciliadora, asegurando que "toda acción que permitan tener un control, son bienvenidas de lado y lado de la frontera", enmarcando la acción como un ejercicio de soberanía.