Este cuerpo cívico-militar, compuesto por civiles, es presentado como un pilar de la defensa nacional, aunque también es analizado como un mecanismo de subordinación y control social. La Milicia Bolivariana, creada por Hugo Chávez en 2005 y convertida en un componente formal de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) en 2020, está en el centro de la estrategia de defensa del gobierno. En el contexto actual, el llamado a enlistarse se ha vuelto masivo, con el gobierno asegurando que más de ocho millones de milicianos se mantienen activos.
Maduro convocó a reservistas y jóvenes a los cuarteles para aprender "a disparar" y recibir adiestramiento táctico.
Sin embargo, algunos análisis señalan que esta movilización tiene un doble propósito.
Además de ser una demostración de fuerza y de la "unidad cívico-militar", el enlistamiento se está convirtiendo en una herramienta de dominación. Se argumenta que la pertenencia a la milicia funciona como una nueva lista de persecución política, similar a la "Lista Tascón" o el uso del "Carnet de la Patria". Según esta perspectiva, muchos ciudadanos se enlistan no por convicción revolucionaria, sino "buscando evitar ser sus víctimas", convirtiendo la milicia en un sistema de sometimiento y subordinación de la sociedad venezolana.