Crisis Migratoria se Invierte: Venezolanos Regresan al Sur por Vía Marítima

Un nuevo y peligroso capítulo de la crisis migratoria venezolana ha surgido, denominado "flujo inverso", en el que miles de migrantes que habían viajado al norte se ven forzados a regresar a Sudamérica. Este éxodo a la inversa es una consecuencia directa del endurecimiento de las políticas migratorias en Estados Unidos tras la llegada de Donald Trump a la presidencia. Desde que Trump asumió el poder y cerró la aplicación CBP One para solicitudes de asilo, más de 14.000 personas, en su mayoría venezolanas, han emprendido el arduo camino de regreso. Para evitar la peligrosa travesía a pie por la selva del Darién, que ahora Panamá mantiene prácticamente sellada, los migrantes han optado por una nueva ruta: el mar Caribe. Pagan cientos de dólares por un puesto en embarcaciones precarias que bordean la costa panameña, enfrentando mares agitados y el riesgo constante de naufragio, como el ocurrido en febrero donde una niña venezolana de ocho años murió ahogada. La ruta marítima los lleva hasta La Miel, en Panamá, desde donde cruzan a pie hacia Sapzurro, el primer caserío colombiano. Desde allí, son transportados en lanchas hasta Necoclí, el mismo punto desde donde muchos iniciaron su viaje hacia el norte con la esperanza de una vida mejor. Este fenómeno evidencia la desesperación de los migrantes, atrapados entre las restrictivas políticas del norte y la persistente crisis en su país de origen. Josué Vargas, un joven de 18 años, describe la travesía por el Darién como “una tortura” y, a pesar de todo, no descarta volver a intentarlo en el futuro “si se puede pasar normal en Estados Unidos”.

En resumen

El "flujo inverso" de migrantes venezolanos revela el fracaso de las políticas de asilo y la vulnerabilidad de esta población. Forzados a regresar, ahora enfrentan los peligros de una nueva ruta marítima, completando un ciclo trágico de desplazamiento que subraya la urgencia de soluciones humanitarias y políticas estables en la región.