Sin embargo, la iniciativa rápidamente se vio socavada cuando varios países se desmarcaron públicamente. El gobierno de Guatemala aclaró que no respaldaba el comunicado y pidió que se eliminara su nombre de la lista de firmantes, lamentando que no se respetaran los procedimientos formales para la adopción de decisiones. De manera similar, el canciller de República Dominicana, Roberto Álvarez, precisó que su país nunca otorgó consentimiento para adherirse al texto. El propio Petro admitió que no se trataba de un comunicado oficial de la CELAC, ya que una “minoría” de países se opuso, entre los que se mencionan Argentina, Costa Rica, Ecuador, El Salvador, Guyana, Jamaica, Paraguay, Perú y Trinidad y Tobago. Este episodio revela la dificultad de articular una posición común en temas de seguridad y soberanía, donde las alianzas ideológicas y las relaciones bilaterales con Estados Unidos pesan más que la unidad regional.