El discurso del oficialismo se endurece, mientras figuras opositoras y organismos internacionales alertan sobre el cierre del espacio cívico. Diosdado Cabello, considerado el número dos del chavismo, lanzó una advertencia que fue interpretada como una amenaza directa hacia el sector opositor y, en particular, hacia la precandidata presidencial María Corina Machado.
“Si a nosotros nos aprietan, nosotros la apretamos, no vayan a creer que aquí nos van a agredir y ustedes van a salir sanitos.
No, eso no existe”, expresó Cabello en su programa televisivo.
Estas declaraciones generaron preocupación entre líderes opositores y defensores de derechos humanos. Paralelamente, el gobierno de Noruega emitió un pronunciamiento en el que denunció el “uso creciente de la desaparición forzada como arma para silenciar a miembros de la oposición” en Venezuela, especialmente en el contexto de las elecciones de julio de 2024.
Esta declaración fue agradecida por líderes opositores como María Corina Machado y Edmundo González Urrutia, quien reclama la presidencia y cuyo yerno se encuentra desaparecido.
En este clima, el líder opositor Henrique Capriles también se pronunció sobre la posibilidad de una intervención militar, afirmando que “la mayoría que quiere una invasión norteamericana no vive en Venezuela”, marcando una distancia con las posturas más radicales.