La fuerza total se estima en aproximadamente 4.500 efectivos, incluyendo 2.200 infantes de marina. Adicionalmente, se confirmó el despliegue de diez cazas F-35 en Puerto Rico para reforzar las operaciones. La justificación oficial de la Casa Blanca es la lucha contra el narcotráfico, específicamente contra organizaciones como el Tren de Aragua y el denominado Cartel de los Soles, al que vinculan directamente con el gobierno de Nicolás Maduro. Sin embargo, la magnitud de la fuerza ha generado escepticismo. El gobierno venezolano ha calificado la maniobra como una “política sistemática de hostigamiento” y “la mayor amenaza que haya visto el continente en los últimos 100 años”. La secretaria de Prensa de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, declaró que Estados Unidos no descarta el uso de la fuerza militar, afirmando que el presidente está dispuesto a “utilizar todos los elementos del poder estadounidense para impedir que las drogas inunden nuestro país”.
