Esta perspectiva se apoya en antecedentes históricos y declaraciones de altos funcionarios estadounidenses.

En 2019, el entonces asesor de Seguridad Nacional, John Bolton, admitió públicamente que "sería estupendo que empresas estadounidenses pudieran acceder al petróleo venezolano". Los artículos de análisis comparan la situación actual con la invasión de Irak en 2003, justificada por la existencia de "armas de destrucción masiva" que nunca fueron encontradas, sugiriendo que la narrativa del narcotráfico cumple un rol similar de pretexto.

El presidente Maduro ha reforzado esta idea, afirmando que EE.

UU. busca apropiarse "gratis" del crudo venezolano.

La historia de intervenciones de Washington en América Latina, a menudo ligadas a intereses económicos, alimenta la sospecha de que la lucha contra el narcotráfico es una fachada para asegurar el control de recursos estratégicos en un país que se ha alineado con potencias rivales como China y Rusia.