Estos países han manifestado su disposición a colaborar en acciones conjuntas contra el narcotráfico.
De hecho, los gobiernos de Argentina, Ecuador y Paraguay se sumaron a Estados Unidos al declarar al "Cartel de los Soles" como una organización terrorista. Por otro lado, un bloque de países ha expresado su rechazo a lo que consideran una amenaza de intervención. Gobiernos como los de México, Bolivia, Cuba y Nicaragua se han manifestado en contra de cualquier operativo militar que viole la soberanía de los países de la región.
La presidenta mexicana, Claudia Sheinbaum, fue enfática al afirmar: "No al intervencionismo".
Colombia ha adoptado una postura de equilibrio, pues si bien su canciller calificó el despliegue como "desproporcionado" y convocó a la CELAC para defender la paz, también ha coordinado acciones de seguridad fronteriza con Venezuela. Mientras tanto, Venezuela ha reforzado sus lazos con potencias extrarregionales como Rusia, China e Irán, quienes le han brindado respaldo político, financiero y tecnológico, actuando como un contrapeso a la influencia estadounidense en el hemisferio.