Críticos y el propio gobierno venezolano rechazan estas acusaciones, calificándolas como un "relato totalmente falso" y un pretexto para justificar una intervención militar.

El presidente colombiano Gustavo Petro ha sostenido que dicho cartel "no existe".

La narrativa estadounidense se vio reforzada por el anuncio del ataque a una embarcación en la que murieron once presuntos miembros del Tren de Aragua, aunque la falta de pruebas verificables ha generado escepticismo.