En respuesta a la presencia militar estadounidense, el presidente Nicolás Maduro ha advertido que declarará una "república en armas" si Venezuela es agredida, activando un plan de defensa que incluye la movilización de millones de milicianos. Esta estrategia, que Maduro calificó como "eminentemente defensiva", contempla dos formas de lucha: una diplomática y otra armada. El mandatario aseguró que si su país fuera atacado, pasaría "inmediatamente al periodo de lucha armada". Como parte de esta doctrina, inspirada en el concepto cubano de la "guerra de todo el pueblo", el gobierno venezolano ha impulsado la campaña "Yo me alisto" para robustecer la Milicia Nacional Bolivariana, un cuerpo compuesto por civiles armados que funciona como complemento de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB).
Según cifras oficiales, 8,2 millones de personas se han inscrito en esta iniciativa, aunque organizaciones no gubernamentales han denunciado presiones y reclutamiento forzoso. Además de la movilización de milicias, Maduro ordenó el despliegue de 15.000 efectivos militares en la frontera con Colombia, en el marco de la "Operación Binacional de Soberanía, Paz y Seguridad Absoluta". Esta doctrina defensiva, heredada de Hugo Chávez, busca unir a civiles y militares para convertir el territorio en un "infierno para cualquier invasor", disuadiendo una posible intervención extranjera al elevar los costos humanos y políticos de un conflicto.
Maduro ha afirmado que Venezuela está preparada para defender su "paz, soberanía e integridad territorial" y que "no hay manera de que puedan entrar a Venezuela".
En resumenEl gobierno de Venezuela ha respondido a la presencia militar estadounidense con una estrategia de defensa nacional que incluye amenazas de conflicto armado y la movilización masiva de su milicia civil, enmarcando estas acciones como una medida defensiva para proteger la soberanía nacional.