El régimen de Nicolás Maduro ha rechazado estas acusaciones, y su ministro de Defensa, Vladimir Padrino López, acusó a Guyana de difundir “falsedades para crear un clima bélico”. En este contexto, el presidente de Guyana, Irfaan Ali, expresó su apoyo inequívoco al despliegue naval estadounidense, afirmando que su gobierno apoyará “todo lo que elimine cualquier amenaza” a la soberanía y seguridad del país. Esta tensión se produce en un momento estratégico para Guyana, que celebra elecciones en medio de un auge petrolero sin precedentes, con reservas estimadas en casi 11.000 millones de barriles, la mayoría localizadas en la región del Esequibo.