La fuerza se complementa con aproximadamente 4.200 a 4.500 efectivos militares, incluyendo marines.

La justificación pública de Washington se centra en la lucha contra el narcotráfico y el desmantelamiento de redes criminales, con un foco específico en el denominado “Cartel de los Soles”, una presunta organización que, según Estados Unidos, opera desde las altas esferas del poder en Venezuela. Esta narrativa se ve reforzada por una recompensa de 50 millones de dólares por información que conduzca a la captura de Maduro. La presencia de un submarino nuclear ha generado denuncias por parte de Caracas ante la ONU, argumentando que viola el Tratado de Tlatelolco de 1967, que declara a América Latina y el Caribe como zona libre de armas nucleares. Analistas y exdiplomáticos, como James Story, sostienen que, si bien es una “muestra de fuerza”, la flota no tiene la capacidad para una invasión a gran escala, sugiriendo que el objetivo es más bien la disuasión, la presión psicológica y el apoyo a una posible fractura interna en el régimen venezolano.