El Departamento de Justicia de EE. UU. acusa a esta supuesta organización de estar encabezada por miembros de alto rango de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, y de ser responsable del tráfico de cocaína, contrabando de combustible y control de minería ilegal. Esta narrativa ha permitido a Washington ofrecer una recompensa de 50 millones de dólares por Maduro y designar al cartel como organización terrorista. Siguiendo esta línea, los gobiernos de Argentina, Paraguay y Ecuador también declararon al 'Cartel de los Soles' como una entidad terrorista, reforzando el cerco diplomático y financiero.
Sin embargo, esta versión es rebatida enérgicamente.
El presidente de Colombia, Gustavo Petro, afirmó categóricamente que dicho cartel “no existe” y lo calificó como “la excusa ficticia de la extrema derecha para derribar gobiernos que no obedecen”. Venezuela, por su parte, niega las acusaciones, argumentando que es un país libre de cultivos ilícitos y que la lucha contra el narcotráfico es un pretexto para una intervención con fines geopolíticos y económicos, centrados en sus vastas reservas de petróleo y oro.