Paralelamente, Maduro ha reforzado sus alianzas.

El ministro de Exteriores de Rusia, Sergei Lavrov, expresó a la vicepresidenta Delcy Rodríguez el respaldo de Moscú en la defensa de la soberanía venezolana. De igual forma, China se pronunció en contra del despliegue militar estadounidense. La portavoz del Ministerio de Exteriores, Mao Ning, afirmó que su país “se opone” a cualquier amenaza del uso de la fuerza. Maduro ha hecho gala de esta relación, revelando que se comunica directamente con el presidente Xi Jinping a través de un teléfono satelital Huawei de obsequio. A pesar de este respaldo diplomático, analistas señalan que el apoyo de China y Rusia es principalmente político y económico, y es poco probable que se traduzca en una intervención militar directa en el Caribe. El interés de Pekín, por ejemplo, se centra en proteger sus inversiones y el acceso a recursos energéticos.