La medida, anunciada por dirigentes opositores como Henrique Capriles y Tomás Guanipa, ha sido interpretada como un movimiento estratégico en un complejo tablero geopolítico.
Del grupo de 13, ocho personas recibieron libertad plena, mientras que a las otras cinco se les concedió la medida de arresto domiciliario. Entre los liberados se encuentran figuras de alto perfil, como el exdiputado Américo De Grazia, los exalcaldes de Maracaibo y Cabimas, Rafael Ramírez y Nabil Maalouf, y el dirigente Pedro Guanipa. La mayoría de ellos habían sido detenidos en el contexto de la crisis posterior a las elecciones de 2024 y en el marco de un caso de presunta corrupción en alcaldías opositoras. El gobierno de Italia confirmó la liberación de dos ciudadanos italo-venezolanos, De Grazia y Margarita Assenza. Las motivaciones detrás de esta decisión son objeto de especulación: podría ser un gesto para reducir la presión internacional en el frente de los derechos humanos, una concesión negociada a través de canales no oficiales para buscar una desescalada, o una táctica para generar divisiones en la oposición. A pesar de la celebración de los opositores, estos recordaron que cientos de presos políticos permanecen en las cárceles venezolanas, según cifras de ONGs como el Foro Penal.