Esta postura representa un cambio significativo en las alianzas estratégicas del Caribe y un claro alineamiento con Washington en medio de la crisis regional.
La primera ministra, Kamla Persad-Bissessar, declaró públicamente su apoyo a la operación estadounidense contra los “carteles terroristas de la droga”. Explicó que su país, como otros pequeños estados insulares, se ha visto abrumado por la violencia derivada del tráfico de drogas, personas y armas en las últimas dos décadas y no cuenta con los recursos para enfrentar a los carteles por sí solo.
Persad-Bissessar fue explícita al señalar que si Venezuela lanzara un ataque contra Guyana, y Estados Unidos solicitara acceso a su territorio para defender a la nación vecina, se le proporcionaría “sin dudar”. Esta declaración se produce en un contexto de escalada diplomática entre Guyana y Venezuela por la región del Esequibo.
El gobierno trinitense aclaró que, si bien apoya la presencia militar estadounidense, mantiene buenas relaciones con el pueblo venezolano y espera que “prevalezca el sentido común y la paz”. La decisión de no involucrar a la CARICOM y actuar de manera independiente subraya la gravedad con la que Puerto España percibe la amenaza del crimen transnacional, considerándola una crisis de seguridad que ha infiltrado altos niveles de la sociedad caribeña.