Una valla de gran tamaño fue instalada en la autopista internacional que conecta a Colombia con Venezuela, en el municipio de Villa del Rosario, mostrando las recompensas ofrecidas por Estados Unidos por la captura de Nicolás Maduro y Diosdado Cabello. El cartel, que generó tensión en la zona, fue retirado poco después de su aparición. La valla, de 2.8 metros de alto por 10 de ancho, exhibía las fotografías de Maduro y Cabello junto a las cifras de 50 y 25 millones de dólares, respectivamente, ofrecidas por el gobierno estadounidense. Según los informes, fue instalada durante la madrugada por un grupo de jóvenes y se viralizó rápidamente en redes sociales. Poco después, videos mostraron a un hombre que descendió de un vehículo y arrancó la lona.
El incidente provocó una enérgica reacción del lado venezolano.
El gobernador del estado Táchira, Fredy Bernal, responsabilizó directamente al expresidente colombiano Álvaro Uribe y al “narco uribismo” por la instalación de la valla, calificándola como un acto de “fascismo al servicio de Estados Unidos” y “terrorismo sicológico”.
Sin embargo, la persona que retiró el cartel, identificada como José Alexander Sierra, declaró a medios que él era el responsable del espacio publicitario y que quitó la valla porque fue instalada sin su permiso y para evitarse una multa, negando cualquier afiliación política. Este episodio, aunque breve, ilustra la alta tensión y la guerra de narrativas que se vive en la sensible zona fronteriza.
En resumenLa aparición y rápido retiro de una valla en la frontera colombo-venezolana con las recompensas por Maduro y Cabello generó un incidente diplomático menor, con acusaciones de provocación por parte de autoridades venezolanas. El suceso evidencia la polarización y la fragilidad de la situación en una de las fronteras más calientes de la región.