En un gesto de cercanía con Pekín, Maduro reveló que mantiene comunicación directa con su homólogo chino, Xi Jinping, a través de un teléfono satelital Huawei, un obsequio del mandatario asiático. Esta revelación coincidió con una reunión con el embajador chino en Caracas, Lan Hu, para abordar la cooperación en tecnología e inteligencia artificial, y con una declaración de China rechazando el despliegue militar estadounidense. En el ámbito regional, Maduro convocó una cumbre extraordinaria de la Alianza Bolivariana (ALBA) para articular una respuesta conjunta e invitó al presidente colombiano Gustavo Petro a sumarse a un encuentro de cancilleres. Además, en una decisión que subraya la fusión entre la estructura militar y la diplomática, Maduro ascendió a su embajador en Colombia, Carlos Martínez, al rango de General de División en reserva activa. Este anuncio se produjo tras una jornada de planificación de la denominada “Operación Binacional de Soberanía, Paz y Seguridad Absoluta”, que busca reforzar la seguridad en los estados fronterizos y que, según Maduro, cuenta con la “mayor coordinación” con las fuerzas colombianas. Internamente, el mandatario también anunció la incorporación de la Milicia Nacional Bolivariana a los Cuadrantes de Paz, reforzando la presencia militar en más de 5.300 comunidades.
