En respuesta directa al despliegue naval estadounidense, el gobierno de Nicolás Maduro ha ordenado la movilización de la Milicia Bolivariana y ha convocado a jornadas masivas de alistamiento en todo el país. Esta medida busca proyectar una imagen de capacidad defensiva y unidad nacional frente a lo que califica de “amenazas insólitas, extravagantes y estrafalarias” de Estados Unidos. Maduro anunció la activación de un “plan especial” para desplegar a 4,5 millones de milicianos, pidiendo que estén “preparados, activados y armados”. La convocatoria se extendió a trabajadores del sector público, jubilados y amas de casa, quienes acudieron a plazas públicas y cuarteles, incluido el Palacio de Miraflores, para inscribirse.
En su discurso, el mandatario venezolano afirmó que “ningún imperio va a venir a tocar suelo sagrado de Venezuela”.
La Milicia Nacional Bolivariana, creada por Hugo Chávez en 2008 e incorporada a la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) en 2020, está conformada por civiles voluntarios.
Sin embargo, la cifra oficial de 4,5 millones de efectivos contrasta con estimaciones de organismos internacionales como el Instituto Internacional de Estudios Estratégicos, que en 2020 situaba el número de miembros activos en apenas 343.000.
La líder opositora María Corina Machado ha calificado la movilización como una maniobra desesperada del régimen para “aparentar fuerza” y ha instado a los ciudadanos a desobedecer el llamado.
Funcionarios como Álex Saab participaron en los actos de alistamiento para reafirmar el respaldo al gobierno, declarando: “Que no se atrevan, porque aquí hay un pueblo unido para defenderse”.
En resumenLa movilización masiva de la Milicia Bolivariana es la principal respuesta interna del gobierno de Maduro a la presencia militar de EE. UU., funcionando como una demostración de fuerza simbólica y una herramienta de cohesión política, aunque su capacidad militar real es objeto de debate.