Las acusaciones lo describen como una red compuesta por altos mandos militares y funcionarios del gobierno venezolano que participan activamente en el narcotráfico y otras economías ilícitas.
Su nombre, que data de la década de 1990, hace alusión a las insignias en forma de sol que portan los generales de la Guardia Nacional Bolivariana. Según investigaciones y acusaciones de agencias como la DEA, esta red utiliza la infraestructura estatal —puertos, aeropuertos y vehículos oficiales— para facilitar el envío de toneladas de cocaína hacia Centroamérica, el Caribe, Estados Unidos y Europa. Las acusaciones sostienen que, bajo los gobiernos de Hugo Chávez y Nicolás Maduro, el cartel pasó de recibir sobornos a convertirse en un actor directo en el negocio del narcotráfico, estableciendo alianzas con grupos como las FARC, el ELN y carteles mexicanos. En julio de 2025, Estados Unidos designó formalmente al Cartel de los Soles como un grupo terrorista internacional, responsabilizando directamente de su liderazgo a Nicolás Maduro y Diosdado Cabello.
El gobierno venezolano niega categóricamente estas afirmaciones, calificándolas de invenciones para justificar una intervención.
Por su parte, la vicepresidenta Delcy Rodríguez acusó a la DEA de ser el “mayor cartel de drogas del mundo”. La existencia y el alcance del Cartel de los Soles son un punto central en el conflicto, ya que para Washington es la prueba de que Venezuela es un “narcoestado”, mientras que para Caracas es el principal pretexto del “imperialismo” para atacar su soberanía.