Esta medida busca proyectar una imagen de capacidad defensiva y cohesión interna frente a lo que califica como una agresión imperialista. Maduro convocó a una jornada de alistamiento nacional durante el fin de semana para registrar a milicianos, reservistas y ciudadanos en el marco del “Plan Nacional de Soberanía y Paz”. El objetivo declarado es activar a 4,5 millones de milicianos en todo el país, una fuerza civil creada por Hugo Chávez y adscrita a la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB).
En sus alocuciones, Maduro ha adoptado un tono desafiante, declarando: “Basta de tus amenazas, Venezuela te rechaza, Venezuela quiere paz”. Asimismo, ha sido enfático en que “ningún imperio va a venir a tocar suelo sagrado de Venezuela”.
La narrativa oficial presenta a la milicia como un “escudo popular” y un pilar de la defensa territorial, ordenando la conformación de milicias campesinas y obreras en fábricas y centros de trabajo. Sin embargo, expertos en defensa y la oposición venezolana cuestionan la capacidad militar real de esta fuerza, señalando la obsolescencia de parte del equipamiento militar venezolano y describiendo a la milicia más como un instrumento de control social y político que como una fuerza de combate efectiva. La medida es vista como una estrategia para cohesionar a sus seguidores bajo una bandera nacionalista y antiimperialista, en un momento de gran presión internacional y dificultades internas.