En medio de un complejo panorama geopolítico, Venezuela participó en la Cumbre de Países Amazónicos celebrada en Bogotá, un encuentro de alto nivel para unificar la postura de la región de cara a la próxima cumbre climática COP30. La reunión busca generar acuerdos para la protección del bioma amazónico, abarcando desafíos ambientales, sociales y de seguridad. Venezuela, como uno de los ocho países miembros de la Organización del Tratado de Cooperación Amazónica (OTCA), se unió a las delegaciones de Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador, Guyana, Perú y Surinam en la capital colombiana. El objetivo central de la cumbre fue la elaboración de la “Declaración de Bogotá”, un documento que busca plasmar un compromiso conjunto para proteger la biodiversidad, garantizar los derechos de los pueblos indígenas y sus saberes ancestrales, y promover una bioeconomía con justicia social. Este encuentro representa un espacio de cooperación multilateral en un momento de altas tensiones para el gobierno venezolano en otros frentes.
Sin embargo, la unidad del bloque amazónico enfrenta sus propios desafíos.
Un tema particularmente divisivo es la exploración y explotación de combustibles fósiles en la Amazonía, un punto sobre el cual no existe consenso entre los países miembros. Mientras Colombia, bajo el gobierno de Petro, ha impulsado un freno a la expansión petrolera, otros países como Brasil consideran necesario mantener la producción para financiar su transición energética, lo que dificulta la adopción de una postura unificada y contundente en la declaración final.
En resumenVenezuela se sumó a las otras siete naciones amazónicas en una cumbre en Bogotá para forjar una estrategia común para la protección de la Amazonía, un esfuerzo diplomático clave para la cooperación regional a pesar de los desacuerdos internos sobre temas como la explotación petrolera.