Según los informes, Maduro “perdió los estribos” y lanzó advertencias contra aquellos en su círculo de poder que podrían estar mostrando signos de debilidad o considerando negociaciones separadas. Esta retórica busca consolidar su base de apoyo, reforzar la lealtad y prevenir cualquier tipo de disidencia interna en un momento de máxima vulnerabilidad.

Al señalar a posibles traidores, el mandatario busca cerrar filas y presentar un frente unido, tanto hacia sus seguidores como hacia sus adversarios externos.

La estrategia de denunciar conspiraciones internas es una táctica recurrente del chavismo para mantener la cohesión y desviar la atención de las crisis.

En este contexto, cualquier indicio de división podría ser interpretado como una debilidad explotable por Estados Unidos. Por lo tanto, el discurso de Maduro funciona como un mecanismo de control político para asegurar que el bloque oficialista se mantenga alineado y sin fisuras ante lo que presenta como una agresión inminente a la soberanía nacional.