Como respuesta directa al despliegue militar estadounidense en el Caribe, el presidente Nicolás Maduro ha ordenado la movilización de 4,5 millones de milicianos en todo el territorio venezolano. La medida se enmarca en su “plan de paz” para defender la soberanía nacional ante lo que califica como “amenazas extravagantes, estrambólicas y estrafalarias” de Estados Unidos. El anuncio de Maduro contempla el despliegue de “toda la capacidad miliciana en el territorio y por sectores”, con el objetivo de convertir a Venezuela en un lugar “inexpugnable”. La Milicia Nacional Bolivariana, creada durante el gobierno de Hugo Chávez e integrada como un componente especial de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB), está conformada principalmente por civiles voluntarios.
Maduro ha hecho un llamado para que estas fuerzas estén “preparadas, activadas y armadas”.
Además, ha instruido avanzar en la conformación de “milicias campesinas y de las milicias obreras, en todas las fábricas y centros de trabajo”. En sus declaraciones, el mandatario ha sido enfático: “¡Fusiles y misiles para la fuerza campesina! Para defender el territorio, la soberanía y la paz de Venezuela”. Esta estrategia de defensa, basada en el concepto de “pueblo en armas”, contrasta con el poderío tecnológico de la flota estadounidense y busca proyectar una imagen de cohesión interna y capacidad de resistencia popular. La movilización fue anunciada poco después de que Washington elevara la recompensa por su captura, vinculando directamente la respuesta militar interna con la presión externa.
En resumenLa orden de movilizar a millones de milicianos es la respuesta contundente y simbólica del gobierno de Maduro a la presión militar de Estados Unidos, buscando disuadir una posible agresión mediante una estrategia de defensa popular y reforzando el discurso de unidad nacional frente a una amenaza externa.