Durante su estancia en Ankara, Zelenski declaró que los canales diplomáticos "se han vuelto a activar" y expresó su esperanza de que estos esfuerzos conduzcan a "una paz duradera" acompañada de garantías de seguridad para su país. La visita tenía como objetivo explorar la posibilidad de retomar las reuniones en Estambul, que en el pasado facilitaron acuerdos de intercambio de prisioneros pero no lograron un alto al fuego. Fuentes estadounidenses indicaron que Ucrania busca un nuevo pacto que pueda abrir la puerta a futuras negociaciones, posiblemente con la participación de un enviado especial de Estados Unidos. Sin embargo, el camino hacia la paz sigue lleno de obstáculos.
El Kremlin mostró poco interés en un diálogo directo, y se informó que ningún enviado ruso viajaría a Turquía para coincidir con la visita de Zelenski, un gesto que fue interpretado como un portazo a los acercamientos. A pesar de la distancia entre las posiciones de ambos bandos, la diplomacia turca sigue siendo una de las pocas vías viables para mantener abierta la comunicación entre los beligerantes, en un contexto de intensificación de los combates en el terreno.













