El acuerdo fue firmado por los presidentes Volodímir Zelenski y Emmanuel Macron durante la visita del mandatario ucraniano a París.
Además de los cazas Rafale, fabricados por Dassault, el pacto incluye sistemas de defensa antiaérea SAMP/T de nueva generación, radares, drones y bombas guiadas, junto con programas de entrenamiento. El presidente Zelenski calificó el acuerdo como "histórico", afirmando que con este material, "Ucrania podrá recibir 100 Rafale" y potentes sistemas de defensa que le permitirán construir "una de las mayores defensas aéreas del mundo". Por su parte, Macron destacó que el acuerdo representa un compromiso a largo plazo para fortalecer la defensa ucraniana, posicionando a Francia como un proveedor clave y sostenible para Kiev. Aunque la implementación del acuerdo dependerá de la financiación, que podría provenir en parte de programas de la Unión Europea y del uso de activos rusos congelados, su firma es un claro mensaje político y militar. Simboliza un paso decisivo en la modernización de las fuerzas armadas ucranianas, pasando de equipos de la era soviética a plataformas occidentales de última generación, y consolida su interoperabilidad con los estándares de la OTAN.













