Durante la última década, se han registrado 1.200 incidentes de este tipo en 103 países.
Las tácticas empleadas son variadas y brutales, incluyendo “asesinatos selectivos, secuestros, violencia física, acoso, repatriaciones forzadas, desapariciones y expulsiones”.
Además de Rusia, la lista incluye a países como Bielorrusia, Turquía y Egipto. La Eurocámara ha propuesto que la lucha contra la represión transnacional se integre como un tema clave en los acuerdos de la Unión Europea con terceros países, con el fin de fortalecer la vigilancia y el cumplimiento de las normas de Derechos Humanos. Asimismo, el Parlamento pide a los Estados miembros que refuercen sus mecanismos de detección y respuesta ante nuevas formas de represión digital, como la desinformación y el ciberespionaje dirigidos contra activistas.
Se exige también un uso más firme del régimen global de sanciones para responsabilizar a los gobiernos implicados en estas prácticas.
Este informe subraya la creciente preocupación en Europa por las acciones de regímenes autoritarios que buscan extender su control e intimidar a las diásporas y exiliados en suelo europeo.












