Como respuesta a esta amenaza, las autoridades ucranianas han implementado una estrategia de defensa innovadora.

En lugar de depender exclusivamente de unidades militares, han comenzado a capacitar al personal ferroviario para que operen drones defensivos en estaciones clave. Este entrenamiento permite una respuesta más rápida y localizada ante la amenaza de drones rusos, integrando a un sector civil en tareas de defensa activa. La medida refleja la adaptación de Ucrania a una guerra total, donde las líneas entre lo civil y lo militar se difuminan y la protección de la infraestructura crítica se convierte en una prioridad para la supervivencia del país.