Informes recientes denuncian el reclutamiento de africanos por parte de Rusia, mientras que ciudadanos latinoamericanos han sido condenados por luchar del lado ucraniano.

La dimensión global del conflicto se refleja en la diversidad de sus combatientes.

Por un lado, Kiev ha denunciado que Moscú está reclutando activamente ciudadanos de al menos 36 países africanos para enviarlos al frente de batalla. A esto se suman casos dramáticos como el de Gianni Dante Bettiga, un joven argentino de 23 años que viajó a Rusia para estudiar el idioma y, según su familia, fue engañado para firmar un contrato militar que no podía comprender, siendo enviado al frente en Ucrania. Su padre relató que la última comunicación de su hijo fue un ruego desesperado: "Estoy en el frente.

Quiero volver a la Argentina, pase lo que pase. Por favor, hagan lo que tengan que hacer para sacarme de acá".

Por otro lado, también hay extranjeros luchando en las filas ucranianas.

Recientemente, un tribunal bajo administración rusa en la región ocupada de Donetsk condenó a dos ciudadanos colombianos a 13 años de prisión, acusándolos de combatir como "mercenarios" para las fuerzas de Kiev. Estos casos, que abarcan desde el reclutamiento en África hasta el engaño a jóvenes latinoamericanos y las duras sentencias a voluntarios, ilustran la compleja red de participación extranjera que alimenta la guerra, exponiendo tanto la vulnerabilidad de los individuos como las estrategias de los bandos para reforzar sus ejércitos.