Este caso ilustra los graves riesgos legales que enfrentan los extranjeros que se unen a la lucha. En un contraste que evidencia la vulnerabilidad, se encuentra la historia de Gianni Dante Bettiga, un joven argentino de 23 años que viajó a Rusia para estudiar el idioma. Confiado, firmó un contrato que no entendía, creyendo que era para un trabajo administrativo, pero en realidad se estaba alistando en el ejército ruso. Semanas después, fue enviado al frente en Ucrania, desde donde envió un mensaje desesperado a su familia: “Estoy en el frente.

Quiero volver a la Argentina...

Por favor, hagan lo que tengan que hacer para sacarme de acá”.

Este caso saca a la luz las prácticas de reclutamiento engañosas.

Ampliando aún más el alcance geográfico, el gobierno de Kiev ha denunciado que Moscú está reclutando activamente a ciudadanos de al menos 36 países africanos para engrosar sus filas, lo que indica una estrategia de movilización internacional para sostener su esfuerzo bélico.