La medida implica la suspensión de la rotación de una brigada estadounidense que tenía elementos desplegados en varios países de la OTAN, incluyendo Bulgaria, Rumania, Hungría y Eslovaquia. Aunque el gobierno rumano y la OTAN han calificado la decisión como un “ajuste” y han reafirmado que el compromiso de Estados Unidos con la alianza sigue siendo firme, el anuncio ha encendido las alarmas. Los aliados del Este, donde más se percibe la amenaza del Kremlin, temen que este sea el comienzo de un repliegue más amplio. La administración Trump ha expresado su deseo de que Europa asuma una mayor responsabilidad en su propia seguridad y de reorientar los recursos militares estadounidenses hacia la región del Indo-Pacífico. Expertos como Sir Richard Shirreff, excomandante supremo adjunto de la OTAN, han advertido que la alianza debe “despertar” porque Estados Unidos “ya no es esa roca firme para defender a Europa”. La decisión pone de relieve la creciente tensión sobre el futuro del reparto de cargas y el compromiso estadounidense en la defensa colectiva del continente.