Zelenski ha señalado que su país está dispuesto a adelantar “conversaciones de paz” con Moscú, pero advirtió que no cederá ningún territorio.
En respuesta a una propuesta del presidente estadounidense, Donald Trump, de detener la guerra en las condiciones actuales, el mandatario ucraniano aseguró que Ucrania y sus aliados trabajarán en un plan de alto el fuego en los próximos diez días. Sin embargo, para mantener la capacidad de lucha, Zelenski ha pedido a sus socios europeos más apoyo económico, afirmando que lo necesitará para “dos o tres años” más de guerra. Subrayó que los aliados “deben mostrar que podrán suministrar ayuda” de manera sostenida.
Además, instó al presidente Trump a ejercer más presión sobre China para que corte sus lazos con Moscú, buscando así debilitar el respaldo al Kremlin.
Esta doble estrategia evidencia la compleja posición de Kiev: mantener la puerta abierta a la diplomacia sin comprometer su soberanía, mientras asegura los recursos necesarios para una guerra que prevé prolongada.













