La situación en Pokrovsk es especialmente crítica, ya que la ciudad funciona como un nudo logístico fundamental para las fuerzas ucranianas en el Donbás. La ofensiva rusa busca aislar a las tropas defensoras, replicando una situación similar a la de Kupyansk, en la región de Járkov. Según el jefe del Estado Mayor de Rusia, Valeri Guerásimov, sus fuerzas ya han logrado rodear a las tropas ucranianas en Kupyansk y tomaron control de la orilla izquierda del río Oskol.

Algunos análisis describen un escenario desolador para miles de soldados ucranianos a quienes no se les habría permitido retirarse. La intensidad de los combates ha generado una grave crisis humanitaria, evidenciada por la operación de hospitales subterráneos a prueba de bombas para atender al flujo constante de soldados heridos. Este impulso ofensivo ruso está infligiendo un alto costo a las defensas ucranianas, que se ven superadas en número y potencia de fuego, poniendo en jaque su capacidad para mantener el control de territorios estratégicos en el este del país.