La cancelación del encuentro reduce las esperanzas de una pronta salida negociada al conflicto en Ucrania.

La decisión fue anunciada por el propio Trump, quien afirmó que no quería “perder el tiempo” en una “reunión desperdiciada”, dado que las negociaciones para un alto el fuego no mostraban avances. Según los informes, el Kremlin puso como condición para un cese de hostilidades la erradicación de las “causas originales” del conflicto, en alusión a las aspiraciones de Ucrania de unirse a la OTAN. Un analista entrevistado por RFI sugirió que la cumbre era “una ficción de Putin” diseñada para ganar tiempo y evitar la entrega de misiles Tomahawk estadounidenses a Kiev. La Casa Blanca confirmó que Trump no tiene planes de reunirse con Putin “en un futuro inmediato”. La suspensión de la cumbre coincidió con una escalada en la retórica y las acciones de Washington, que procedió a imponer duras sanciones a dos de las mayores petroleras rusas. Este giro en la política de Trump, que inicialmente había revelado sus planes de reunirse con Putin, sugiere un endurecimiento de su postura ante la falta de compromiso de Moscú. La cancelación del diálogo directo entre los dos líderes aleja la posibilidad de una solución diplomática a corto plazo y parece haber dado paso a una intensificación de la presión económica y de los enfrentamientos militares en el terreno.