A su llegada a la cumbre en Bruselas, declaró enfáticamente: “Si nos quedamos con el dinero de Putin, Putin se quedará con el nuestro”.

Además, subrayó la falta de precedentes legales para tal medida, afirmando que “una base legal no es un lujo” y que ni siquiera durante la Segunda Guerra Mundial se confiscaron activos enemigos de esta manera.

La postura belga fue criticada por algunos medios y analistas, como el politólogo alemán Wolfgang Munchau, quien calificó a Francia y Alemania de “hipócritas” por rechazar compartir el riesgo y no desear hacer sacrificios financieros. El fracaso en la cumbre evidencia las profundas divisiones dentro de la UE sobre cómo manejar las consecuencias legales y financieras de una medida sin precedentes, dejando a Ucrania en la incertidumbre sobre una fuente de financiación vital.