La amenaza no se limita a la vigilancia; se percibe como una táctica de guerra híbrida para desestabilizar y medir la cohesión de los aliados. En la cumbre, también se evaluaron formas de incrementar el apoyo militar a Ucrania, específicamente en defensa aérea y capacidades antidrone, dado que Rusia intensifica el uso de esta tecnología en el frente. La Unión Europea, en paralelo, ha anunciado planes para un “muro antidrones”, lo que indica una preocupación compartida y una búsqueda de soluciones coordinadas para proteger el espacio aéreo europeo.