El Ministerio de Defensa ruso ha declarado que sus operaciones buscan “neutralizar posiciones hostiles” y consolidar territorios.

En medio de esta ofensiva, el Kremlin admitió que, si bien se prepara para una cumbre con Estados Unidos, aún hay “muchas cuestiones” por resolver, mientras sus tropas habrían tomado tres localidades ucranianas. Kiev, por su parte, denuncia que se trata de una nueva fase de ataques indiscriminados contra zonas residenciales, que han dejado decenas de muertos y heridos. La situación humanitaria en Donetsk es cada vez más grave, con miles de desplazados y hospitales operando al límite de su capacidad. Analistas militares advierten que si Rusia logra consolidar su control en el corredor oriental, fortalecería su posición en cualquier futura negociación de paz.