Sin embargo, la realidad es muy diferente.

Un caso trágico es el de Cristian Fabián Villalobos Susa, un joven de Bosa que murió en combate tras ser reclutado con estas promesas. Su madre relató que las condiciones eran deplorables, comiendo "panelita con pan" y siendo obligado a entrenar con un pie hinchado.

Otro caso es el de la soldado Nanys Mayerly Rodríguez, desaparecida desde el 15 de septiembre. Su hermana denunció que a los colombianos "les lavan el cerebro y los ponen de carne de cañón" y que son más de 150 familias en la misma situación de incertidumbre. Los informes indican que a los combatientes se les retienen los pasaportes y se les amenaza para que no abandonen el frente, e incluso se denuncia extorsión por parte de intermediarios, también colombianos, para poder tramitar su salida.