Las denuncias incluyen abusos no solo por parte de las fuerzas ucranianas, sino también de intermediarios colombianos. Uno de los aspectos más graves es la retención forzada de quienes desean abandonar el conflicto. Familiares de un grupo de 35 soldados denunciaron que, al solicitar su baja, fueron retenidos en la frontera, despojados de sus pasaportes y teléfonos, y subidos a un bus con destino incierto. “Nos tendieron una trampa”, aseguró uno de los afectados a la revista Semana.

Se presume que el motivo es económico, buscando que los reclutadores se apropien de sus sueldos y seguros de vida.

La tragedia ha cobrado vidas, como la de Cristian Fabián Villalobos Susa, de Bosa, y ha dejado a otros desaparecidos, como Nanys Mayerly Rodríguez.

La Embajada de Rusia en Colombia se solidarizó con el llamado del presidente Gustavo Petro, afirmando que los colombianos son atraídos por “falsas promesas”.