Kiev ha denunciado que drones húngaros han sobrevolado su territorio, una acusación que añade una nueva capa de desconfianza. El gobierno de Orbán ha mantenido una política de no enviar ayuda militar a Ucrania y ha criticado abiertamente las sanciones contra Rusia, alineándose con la narrativa del Kremlin y debilitando la cohesión de la respuesta europea a la invasión.